quiero hablar de todo lo demás y siempre acabo hablando de ti
mi casa es un estercolero de amor
mi casa es un estercolero de recuerdos
pero al menos llamo hogar a mi casa y eso ya es un símbolo que rebosa
en ese estercolero se amontona todo lo que fui y se fusiona con todo lo que soy
siempre tú apareces en el medio de mis demonios
siempre tú con la boca afilada y los ojos chicos
chicos como la cobardía
chicos como ese corazón en el que ponemos tanto
sobre el que apoyaomos tanto
para luego mirarnos al espejo y que solo el silencio nos responda
da igual cuántos focos apunten a tu rostro
da igual cuántos nombres ajenos hayas acumulado en tus manos
si al final todo se reduce al silencio al espejo al estercolero
no desde la desesperanza sino desde la certeza
no queriendo elaborar una doctrina sino trazar una fina línea
un hilo sobre el que sostenernos
nadie merece todo este cansancio
ni siquiera nosotros mismos y aun así
aún así quiero hablar de todo lo demás y siempre acabo hablando de ti
porque habitas en mí como todo lo que he amado
habitas en mí como yo misma y todo lo que predico odiar
todo lo que necesito predicar que odio para sentir esa entereza
todo lo que sentencio en mi necesidad absurda e imperiosa de trazar mi propio continente
mi propio contenido
sólo somos lo que queda cuando la razón duerme
ni siquiera poesía
ni siquiera honestidad
ni siquiera nuestro propio nombre
solo el aliento y la luz tenue
solo el aliento
y la
luz
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