sábado, 28 de noviembre de 2020

mentira número 183: quiero hablar de todo lo demás y siempre acabo hablando de ti

quiero hablar de todo lo demás y siempre acabo hablando de ti

de mí, que al fin y al cabo no es tan distinto 

mi casa es un estercolero de amor

mi casa es un estercolero de recuerdos

pero al menos llamo hogar a mi casa y eso ya es un símbolo que rebosa

en ese estercolero se amontona todo lo que fui y se fusiona con todo lo que soy

siempre tú apareces en el medio de mis demonios

siempre tú con la boca afilada y los ojos chicos

chicos como la cobardía

chicos como ese corazón en el que ponemos tanto

sobre el que apoyaomos tanto

para luego mirarnos al espejo y que solo el silencio nos responda


da igual cuántos focos apunten a tu rostro

da igual cuántos nombres ajenos hayas acumulado en tus manos

si al final todo se reduce al silencio al espejo al estercolero

no desde la desesperanza sino desde la certeza

no queriendo elaborar una doctrina sino trazar una fina línea

un hilo sobre el que sostenernos


nadie merece todo este cansancio

ni siquiera nosotros mismos y aun así


aún así quiero hablar de todo lo demás y siempre acabo hablando de ti

porque habitas en mí como todo lo que he amado

habitas en mí como yo misma y todo lo que predico odiar

todo lo que necesito predicar que odio para sentir esa entereza

todo lo que sentencio en mi necesidad absurda e imperiosa de trazar mi propio continente

mi propio contenido


sólo somos lo que queda cuando la razón duerme

ni siquiera poesía

ni siquiera honestidad

ni siquiera nuestro propio nombre


solo el aliento y la luz tenue

solo el aliento

y la

luz

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