domingo, 17 de agosto de 2014

Mentira número 145: Menos cinco

Anoche decidí quitarle el polvo a las partituras del piano, y las telarañas al corazón. Decidí dejar de llorar cada atardecer, porque es cierto que las puestas de sol son agradables cuando uno está verdaderamente triste, pero también son agradables cuando uno decide volar sobre ellas. Y también me despojé del frío que calaba mis tuétanos, me curé los nudillos y me puse pintalabios. Anoche canté cosas bonitas, bonitas y alegres, porque las chicas alegres también son bonitas, y las canciones más aún. Y me saqué de los oídos las baladas marchitas y rotas, rondaban ya demasiado tiempo por mi cabeza.
Anoche decidí florecerme. Yo solita. Como nadie me ha enseñado a hacerlo. 

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