sábado, 5 de octubre de 2013

Mentira número 117

¿No puedes ser como las chicas normales?

Permítame corregirle, no quiero ser como las chicas normales. Sinceramente no me atrae permanecer bajo la fiebre de una sociedad superficial, hipócrita y manipulada -y manipuladora-. No pretendo pertenecer a una manada de animales de ojos perforados, a un influjo de apariencias banales y vacías, a pieles sin alma y ciudades sin historia. 
Discúlpeme si mi forma de ser hiere, molesta o desacierta. Disculpe que me levante y tome el sur mientras el anzuelo en vuestras bocas tira hacia el norte. Pescados que se creen pescadores, creo que eso es lo más triste de todo.
No quiero ser como las chicas normales quizás porque no soy una de ellas. Aunque quizás antes de autodenominarme normal o anormal, deberíamos analizar a lo que éstos términos se refieren. Para mí normalidad equivale a naturaleza, y más natural me parece amar la cultura que rechazarla. Más natural me parece anteponer la sensatez a la apariencia. Aunque supongo que para ustedes la normalidad equivale a la ordinariez, a aquello que se repite y que se ha tomado como canon o modelo. En ese caso sí, soy enfermiza e inevitablemente anormal. Miro al fondo de las almas antes que al de los armarios, camino por la calle indagando en cada paso que doy, busco repuestas a cada pregunta de mi consciente y subconsciente, no me conformo y me enfado conmigo misma por el simple hecho de ser no eterna. Busco la felicidad en lluvias de octubre y no en píxeles brillantes, en miradas y no en perfiles, en vidas reales. Sonrío de tristeza porque no sé llorar de alegría y en mi cama el único cuerpo desnudo que sabe amarme es la música.
Perdonen mis taras, mi forma infinita de ver las cosas y que busque en mí todo lo que no hallo fuera -que es mucho-.
Lo siento si me encierro en mi pecho pero a veces se les olvida, que la única persona a la que debemos rendir cuentas, es a nosotros mismos.
Así que no, no puedo ser como las chicas normales. Soy disconforme, insurrecta y peculiarmente rara. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario