lunes, 21 de octubre de 2013

Mentira número 121

La Pereza le pone música a un lunes extraño (de esos que cuestan).
Dicen que estoy cambiando. Diferentes gestos, diferente luz quizás, diferente todo -pelo y pies (fríos) incluidos-.
Y es cierto. Dicen que cualquier cambio, incluso los que evolucionan hacia algo mejor, duele. Supongo que a un ángel le duele la espalda cuando le están saliendo las alas.
Y qué difícil es saltar cuando aún nadie te ha enseñado cómo se vuela. Sabes que no hay otra forma de aprender, pero aún así el suelo está cada vez más cerca.
Extrañamente, dentro de esta maraña de pensamientos turbios y enredados hay algo aquí que brilla por encima de los fantasmas, incluso de los pájaros, (incluso de mí).
Supongo que por inercia el fondo no puede estar más hondo ya.
Supongo que sigo subiendo.

(o bajando, 
ya sabéis,
por eso de las alas
y volar y

Octubre)

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