Domingo. Como un abismo que aparece para convertir en polvo siete días en un segundo. Monótono y suave, filosófico y eterno, domingo.
Ya es rutina hacer balance de la semana los domingos. Y de la vida. Y de todo lo que soy y lo que llevo dentro. Esa es la clave, ¿qué llevo dentro este domingo?
Llevo dentro sonrisas, y el bohemio sonido de una guitarra. Llevo dentro su cama y mis uñas arañando su espalda. Llevo dentro a ella, como un pajarillo, y los rincones más remotos de Madrid. Llevo dentro el azul de un cielo que de tan claro, se torna transparente. Llevo dentro Diciembre, como siempre.
Y hoy, es uno de esos domingos, en los que los pájaros han matado a los fantasmas. Que resucitarán y volverán de su inframundo más fuertes que nunca... pero hoy me da igual.
Hoy, es domingo,
y me apetece ser feliz.
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