And when it rains in this side of town it touches... everything.
Llueve. En Madrid, y en mí. No, no os compadezcáis. No es malo, no lo es para mí. Puede que normalmente se asocie la lluvia a la tristeza, pero no en mi caso. Yo no. Para mí la lluvia es libertad. Absoluta libertad. Esa sensación de notar cómo empieza a chispear sobre tu abrigo, mirar hacia arriba y ver cómo las grises nubes te sonríen. Ellos utilizan paraguas. Yo no. Me gusta sentir cómo cada helada gota impacta sobre mi piel y después, resbala. Igual que mis pensamientos. Un impacto al principio, y después, fluidez. Mi pelo se va humedeciendo lentamente, y mi mirada se clava en el horizonte, sin que mis piernas paren, sin dejar de caminar, despacio. Ellos se quejan. Yo no. A pesar de la oscuridad de las nubes, la cuidad se tiñe inmaculada, y el olor es suave, húmedo, fresco. Me renueva. Me calma.
And when it rains, you always find an escape. Just running away. From all of the ones who love you.
From everything, you made yourself a bed at the bottom of the blackest hole. And convinced yourself that it's not the reason you don't see the sun anymore.
And you'll sleep till may you'll say that you don't want to see the sun anymore.
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