sábado, 23 de febrero de 2013

Mentira número 13: ¿Egoísta o vulnerable?

Otra vez esa sensación. Otra vez esa maldita sensación. Y os aseguro que odio sentirme así. Subestimada puede que sea la palabra. Es sentir que te mereces más atención de la que se te da. Y odio como suena eso. Porque me siento egoísta, siento que no tengo ningún derecho a ese 'Yo estoy bien, gracias por preguntar' tan irónico que duele. Siento que me vuelco al cien por cien en las personas que me importan, en sus problemas, en sus tardes, en sus bajones y sus locuras... y apenas obtengo un '¿Y tú qué tal?' a cambio. Y duele.
Siempre me he comparado con un vaso. Un vaso lleno de agua. En cuanto veo que alguien necesita de mi agua, le doy un poco. Si algún vaso me importa, vuelco algo de agua en él. Y así, poco a poco me voy vaciando. Y me lleno, pero... me lleno a penas la mitad de lo que me he vaciado.
Menos mal que aún me queda gente que se encarga de que jamás se vea el fondo de mi vaso. Y yo... me obligo a pensar que es suficiente.

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