viernes, 5 de abril de 2013

Mentira número 37: Never stop dreaming

El sueño de la razón produce monstruos.
Así reza uno de Los Caprichos que Goya pintó en el siglo XVIII. Pleno Romanticismo, y todo lo que ello implica. La gente de este período buscaba la libertad creando mundos de fantasía porque no les gustaba la realidad en la que vivían. Vaya, esto me suena.
Cuando la razón duerme, cuando dejamos de buscarle una explicación lógica a cada cosa que nos pasa, cuando dejamos de lado las fórmulas matemáticas y dejamos de despedazar cada hecho y cada elemento para convertirlos en átomos o física cuántica, entonces la imaginación despierta.
Entonces, todo lo que un día nos demostraron que no existe cobra vida, vuela y se expande, crea y mueve, nos hechiza, nos envuelve y nos transforma.
Mundo de locos, mundo de ciencia y cálculo, mundo soberbio y sin sangre, mundo muerto, querido mundo, jamás matarás la magia que crece en la mente de los que aún hemos sobrevivido a tanto escepticismo, nosotros seguiremos creando monstruos hasta que la frialdad mate la imaginación de todos aquellos que un día soñaron, luchando para que ésto no ocurra. No puede ocurrir, la humanidad se alimenta de magia, incluso en estos tiempos, lo crean o no, la mente humana se alimenta de magia. Ella sobrevive porque los seres humanos aún no hemos conseguido darle una explicación. Y sobrevivirá hasta el último día.
Por eso, jamás menospreciéis los sueños, la magia o la ilusión, así como jamás menospreciéis los sentimientos y las ideas, porque llegará un día en que ni la más avanzada tecnología, ni la más estudiada medicina nos podrá mantener vivos.
Y entonces, nos tocará vivir de sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario