Parece que tras varios tambaleos (que incluso a veces han terminado en caída), entre los que apenas tenía tiempo de un respiro, este impredecible día a día ha decidido hacer que las cosas vayan bien, aunque a saber por cuánto tiempo. Pero, sea el que sea, pienso disfrutarlo, y exprimir toda la energía que me ofrezca para reponer fuerzas que presiento voy a necesitar, y llenar un poco este vaso.
Me merezco esto, me merezco una tarde de plena tranquilidad, donde el buen rollo fluye sin problemas ni obstáculos, me merezco esta felicidad con él, me merezco esta música y me merezco estar dando todo lo mejor de mí.
Mi cabeza, por supuesto, no para, ni lo hará nunca, pero estoy bien así. Supongo que sin estos pequeños delirios, ésta no sería yo.
Ahora la casa sola, Paramore de fondo y la noche de Madrid, arropada por una buena semana. Y lo que presiento que me espera. Pero, sigamos delirando.
Vacíos en mí que nunca se llenan, luz que rebosa, juventud infinita en mi cabeza. Música, banda sonora en mi vida. Caminar sola, sentir el camino parte de mí, saber llevarlo, al menos ahora. Estrellas y horizontes, sed de absoluta libertad. Soy yo.
Oídme.
Soy yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario