sábado, 6 de abril de 2013

Mentira número 38: Desorden ordenado

Dicen que después de la tempestad llega la calma. Bendita calma. Una buena tarde coronando una mala semana es como coger aire cuando sales a la superficie después de un rato bajo el agua. Después de esa sensación de angustia, un suspiro.
Y es que los cambios nunca son fáciles. Nunca es fácil descubrir un rincón de ti que jamás habías visto antes. O que jamás habías querido ver. Nunca es fácil darse cuenta de algo y que eso descoloque tu cabeza.
Pero, qué mas da, si esta cabeza ya se ha acostumbrado a este infinito desorden.
Mas la felicidad nunca ha sido ordenada.

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