jueves, 25 de abril de 2013

Mentira número 47: Amélie

En un día como hoy es difícil empezar a escribir. Quieren salir demasiadas cosas y todas lo intentan hacer a la vez, por lo que se produce un cúmulo de pensamientos en mis dedos que se niegan a organizarse. Y así es muy, muy difícil que salgan las palabras. Pero, bien, ya hemos empezado, así que sigamos. Seguir, seguir. Qué palabra tan bonita, y tan arrolladora.
Los días pasan, y se amontonan. No esperan, y me arrollan, me pisotean y me dejan así, como estoy ahora; débil. Sin apenas fuerzas y sin saber muy bien cómo levantarme y hacia qué dirección seguir. A la de siempre, supongo.
Recuerdo aquella hora con Meow en aquel parque. Me contaba cómo estaba viviendo ella ese segundo de bachillerato, me decía cómo se sentía.
-Es como estar todo el tiempo aquí.- me dijo, colocando la mano a unos centímetros del suelo, paralela a éste- Es que la mínima tontería te afecta demasiado.
Exactamente así me siento yo ahora. Vulnerable, y no lo soporto, aunque por una parte me gusta. Me gusta ser de papel, aunque sólo sea por unos días, me gusta porque teniendo los sentimientos a flor de piel es más fácil sacarlos, y es más fácil crear. Crear arte.
Es un constante no se qué me pasa, que me consume. Pero estoy bien así. Quizás a veces no venga mal ser un poquito frágil, para aprender a afrontar las cosas cuando apenas se tienen fuerzas.
No, no estoy mal. Estoy perdida. Estoy con lágrimas en los ojos constantemente, y con una sonrisa permanente. Contradictorio. Como todo lo que siento ahora. Sí. No. Blanco, negro. Día. Y noche.
El piano de Yann Tiersen me absorbe. Es difícil crear un mundo absolutamente íntimo cuando todo el mundo de alrededor anda con prisas; pero para eso estamos los artistas, ¿no?
Siento si ésta entrada carece de sentido, pero eso es lo que soy hoy.
Un cúmulo de sin sentidos que poco a poco van creando esta persona, quizás diferente o quizás aburrida de ser igual que todos.
Y una vez más recurriré a ellos. A los únicos que no me han mentido nunca.
A mis ojos.

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