Tan fuerte es el vínculo con las personas que nos importan -al menos en mi caso-, que si alguna de éstas personas algún día se hunde, una parte de ti lo hace con ella. Lo complicado es cuando varias personas que te importan se hunden. Y yo no sólo tengo que soportar el dolor de ver cómo lo hacen, si no que se añade un esfuerzo más; el de ayudarles a salir a flote.
Y es cierto, yo estoy bien, pero no soy de piedra. Me cuesta llevar a rastras el sufrimiento de varias personas, y más me cuesta aún tener que sacar fuerzas de donde no las hay para ayudarlas a salir adelante.
Las relaciones implican un desgaste psíquico importante cuando una de las dos personas que la componen se derrumba, y la otra tiene que luchar por ella.
Y tanto me implico yo con las personas que me importan que el desgaste psíquico es algo mayor.
Suerte que mañana me voy, lejos de aquí, lejos de todo. Poder desconectar, un viaje lleno de buenas expectativas y de anécdotas que seguro serán recordadas. Me lo merezco. Cuatro días contradictorios, ya que a pesar de que serán intensos y apenas podré dormir, sí me darán la oportunidad de descansar. Una semana por delante que promete. Un pájaro que se muere por salir de su jaula.
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