domingo, 31 de marzo de 2013

Mentira número 34: Still

Bien. Tengo tantísimos pensamientos que se han ido acumulando durante toda esta semana -sobretodo las últimas horas- que a penas sé cómo sacarlos a fuera. Están todos hechos una maraña dentro de mi cabeza y parece que no se quieren organizar, y así, como bien sabréis, es imposible plasmarlos con claridad.
Una nana suena de fondo. Deep in the meadow, under the willow. Una semana aislada, literalmente aislada en esa casa de ensueño hecha de tiempo y calidez incondicional. Al principio tuve la suerte de tener unos cuantos días de "absoluta" soledad. Yo en esa habitación inmensa, en ese desgastado sofá, tapada hasta las cejas mientras afuera las gotas de lluvia interpretan su propia melodía. Los pensamientos flotaban libres, salvajes, colisionando unos con otros, pero nunca parados, jamás.
Pero la cosa mejoró. Llegaron mis mellizos, a llenar un poco la casa y a llenarme un poco el corazón. Santo Dios, cómo echaba de menos a Lurp. Con esa capacidad que tiene para que no pueda vivir sin ella, directamente proporcional a la capacidad que tienen para sacarme de quicio. Mi otra mitad.
Y entonces, al día siguiente, la casa se llenó. Seis primos son muchos primos. Y padres, y tíos, y abuelos. Cada loco con su tema, locos felices. Sin duda, los mejores ratos se pasan en familia, como los he pasado yo en la mía, entre estufas, comida casera, confesiones y muchas, muchas risas.
Juro que vine con las pilas a tope, pero... hubo una descarga. La descarga de siempre. ¿Por qué será tan difícil? ¿Por qué seremos tan diferentes? Preguntas sin respuesta y yo aquí, una vez más, cansada y sin terminar de estar bien con él. Lo estaremos, espero. Pero cada día estoy más convencida del rumbo que tiene nuestra relación. Cada día más convencida que los romances de cuento Disney no existen.
Lo está pasando francamente mal, pero a mí a veces me dan ganas de soltar la cuerda y dejar que se caiga, más que nada por falta de fuerza para tirar de él.
Meow me escucha, y siento que me entiende. Vaya, si casi no me entiendo ni yo.
En fin, otro muro más que tendré que superar con no se qué energía. Y esque, como bien decía ella... Extrañas son las relaciones que mantenemos con las personas.
Necesito dejar de pensar, al menos por unas horas. La mañana que me espera tras una profunda noche se pinta de él, espero que salga bien. Cruzo los dedos.
Ahora Birdy me canta, y así me despido.

Terrible Love. 

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