"(...) y de repente alguien se abre a ti, y le ves llorar por dentro, y por fuera, y le ves sangrar"
La plenitud supuestamente es un sentimiento que no puede ir a más porque precisamente lo pleno es aquello que alcanza un estado máximo de algo. Explicadme entonces cómo cada vez que sangro delante de ella siento que la plenitud dentro de mí se ensancha. Es técnicamente imposible -qué idiotez, si sé perfectamente que cuando se trata de amarillos nada es técnico, todo es abstracto e incorpóreo, todo es pleno-.
La miro a los ojos mientras habla y no me imagino la suerte que tengo de haberme topado con ese trozo de mi alma que sin saber muy bien por qué, en algún momento perdí. Porque aquí sabemos mejor que nadie que hoy por hoy es prácticamente imposible recuperar algo que un día perdiste.
Inabordable, cierto, aunque cada día la tengo, como dice ella, más calada.
Y eso sería imposible
si no la viera sangrar delante mía de vez en cuando.
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