viernes, 20 de septiembre de 2013

Mentira número 110: So solid, now you're like water

En mi cuaderno de verano hay alguna, quizás un par de hojas dedicadas al agua. A menudo la identifico como mi elemento, quizás por cómo me hace sentir, por lo que representa, por lo que me hace ser cuando estoy en ella.
No bañarme, no mojarme; sumergirme. Adentrar en las entrañas de la inmensidad de ese estado que me permite fundirme con el mismo agua hasta formar parte de ella. 
Suelo quedarme un rato, bajo la superficie, en un limbo existencial que me envuelve y me deshace, atrapada y llena de esa líquida libertad. Noto cómo mis pulmones van vaciándose de aire y necesitándolo un poco más a cada segundo, hasta que hay un instante en el que una especie de convulsión involuntaria me hace impulsarme hacia la superficie. Y entonces llego hasta ella, y rompo con su naturaleza.
Entonces, mis pulmones se llenan de aire, y es como si mi cuerpo cobrara conciencia de sí mismo. Es como volver a nacer al filo de la muerte.
Es, quizás, la sensación más parecida a esta que tengo ahora aquí en medio.

Un respiro,
simplemente,
salir a coger aire. 

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