miércoles, 15 de mayo de 2013

Mentira número 59: Y escribir, y escribir...

Quizás ésto no ha servido para nada más que para darme un poquito más de asco.

En mi pelo, vestigios de una tarde para olvidar. Entre mis dientes, restos de alcohol y rabia. En mi cabeza, bombas atómicas que juegan a estallar contra las paredes. Y yo, andando sobre una nueva noche que se dispone a morir y que así, como un círculo vicioso, mató a la noche de ayer -gracias a Dios- y que es gris, como lo que hay dentro de mí ahora mismo.
Dicen que todo pasa por algo y que de los errores se aprende. Dicen que después de la tempestad siempre llega la calma y que la luna siempre brilla en algún cielo. Y que en todo yin, hay un yang.
Bien, si consideramos un dolor de cabeza como un yang, mi yin no ha resultado ser tan malo. Bah, a quién pretendo engañar, ha sido todo yin y por mi culpa.
Pero lamentarse ahora no sirve de nada, lo hecho hecho está, quizás -y jode decir esto- hasta me ha venido bien.
Porque recuerdo que después de una de las peores tardes de mi vida, con el rímel corrido y el pelo enredado, con los pájaros de mi cabeza en éxtasis y cero energía física, sólo podía repetir una frase:

"Quiero escribir."

No hay comentarios:

Publicar un comentario