Entonces aparece, y te dice "¿Bajamos los dos? ¿Te atreves?". Y tú sonríes, y te agarras a su espalda, y comenzáis a volar encima de cuatro ruedas por las calles de Madrid. Cuando tienes miedo aprietas tu pecho contra él y cierras los ojos, muy fuerte, y el miedo se evapora. Las mariposas estallan en tus pulmones y los pájaros truenan, y revolotean, y no paran. Luego él se baja y te da la mano. Y luego le miras, y las palabras expiran en tus labios. Esas palabras...
No sabes cuánto te echaba de menos.
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